No digas, no
¡No me desampares!
¡no me abandones!
¡no me ignores!
porque tu silencio
quiebra mi aliento
aviva más mis pesares
sin haber vida, y sin ti, querida.
¡No digas, no!
¿pretendes que te olvide?
¿porqué habría de buscar otro querer?
¿acaso no me quieres, no sientes nada de mi ser?
Parece que alguien ha robado ese respiro
que fue mio, aquella vez, ahora, sólo soy un vano
recuerdo, que tus has desechado, y borrado
de tu mente y de tu pecho.
¡Ya nada me vale!
sin vivir contigo, todo lo hermoso que has sentido
conmigo.
No digas, no
ya no hay retroceso, tu has creado ese bloqueo
y no puedo llegar ante ese encuentro.
Lo único es decir, hasta luego, y que goces
lo que ese te dará, por entero.
José Luis López
Puerto Rico